«El audiovisual no es un sector de riesgo. Hace tiempo que lo vemos», ha sido una de las frases estrella de la sesión Vías de financiación y gestión empresarial celebrada en la sede de Fomento del Trabajo. Organizada por el Clúster, se inscribe dentro de una nueva línea de actividades exclusivas para socios destinadas a informar sobre las últimas novedades en el ámbito legal y de la financiación, que afectan a la gestión de las empresas.

La frase la ha pronunciado, durante su intervención, el representante de Triodos Bank, uno de los pocos bancos que sostiene vías específicas de financiación para el sector audiovisual, especialmente en el ámbito de la producción, la distribución y la exhibición. Actualmente llega a los cerca de trescientos proyectos audiovisuales financiados sólo en Cataluña. «La concepción tradicional de que el audiovisual es un sector insolvente aún está muy extendida. En Triodos Bank defendemos lo contrario. Eso sí, se tiene que conocer bien el sector. Conocemos proyectos que han fracasado, no porque no fueran buenos, ni viables, sino porque estaban mal financiados. »

Al margen de los bancos tradicionales, en los últimos años han ido apareciendo herramientas alternativas de financiación. Es el caso de Novicap, una empresa fintech, reciente pero bien implantada, especializada en la financiación del circulante de las empresas y que da servicio exclusivamente por Internet. «Desgraciadamente, España es uno de los países europeos donde más se alargan los períodos de pago. Por eso creamos esta herramienta. Básicamente, lo que hacemos es anticipar el cobro de las facturas de forma muy ágil, tan sólo subiéndolas en Internet. Así, el objetivo final es ofrecer una respuesta muy rápida a las tensiones de caja que se derivan de los pagos a sesenta, noventa o incluso ciento veinte días. Cosa que no suelen hacer los bancos tradicionales, en su mayoría demasiado rígidos.»

Ha completado la sesión Riba-Vidal, bufete de abogados asociado al Clúster y especializado en la asistencia jurídica a empresarios y directivos. Sus letrados han seguido de cerca la última reforma del código penal, que consideran un «tsunami absoluto» en cuanto a los efectos que tiene en las empresas. «La nueva ley obliga a las compañías a implementar una política de prevención de delitos. A partir de ahora, en caso de delito, el responsable penal ya no es el individuo que lo ha cometido, sino la empresa en su globalidad. Esto puede representar un gran problema para gestores y directivos. Sobre todo porque a veces se incurre en delitos de forma inconsciente, por desconocimiento.» Riba-Vidal ha mencionado las principales medidas que las empresas deben implementar para adaptarse a la nueva reforma de ley.